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Polvo de Oro Sobre la Mesa

Un Llamado a Servir

    Cuando oí al pastor decir que la gente se estaba perdiendo, que urgentemente se necesitaba que se les predicara, que cada uno motivara su talento y don a favor del mundo perdido, yo me presenté en su oficina y cuando le pedí permiso para predicar, él sonrió.
    Me preguntó que si tenía estudios superiores. No.
    Me preguntó que cuales eran mis estudios. Quinto de primaria.
    Me preguntó que cuánto tenía en Cristo. Tres meses.
    Me preguntó mi edad. Diecinueve años.
    Me preguntó que si hablaba en lenguas. No.
    Me preguntó que si tenía $30,000.00 para pagar la escuela teológica. No.
    Luego me dijo que regresara cuando tuviera todas estas cosas.
    Yo no era el único predicador en la calle, había siete mil, pero yo me sentí triste por no cumplir con los requisitos de los humanos.
    ¿No se le hace a usted increíble que uno tenga que tener alta escolaridad para servir a Dios?
    Nunca pude conseguir el dinero.
    Mis estudios teológicos los hice a medias, y por correo obtuve cinco o seis diplomas y reconocimientos de esos que salen en el Corn Flakes.
    Con puras tachas logré sacar la primaria y la secundaria en el programa para adultos.
    Soy autodidacta.
    Cuando alguien me preguntó que cómo sabía yo que tenía al Espíritu Santo en mi vida, yo le contesté: Por las pruebas. Mateo 3:11.
    Ya pasando los años, cuando el pastor supo que un joven predicaba a nivel República Mexicana ante tres o diez mil personas, y recordó mi nombre... ahora sí sonreía, diciendo: ¿Saben ustedes que a José yo lo bauticé y cuando vivió en Juárez fue mi oveja?
    En mi vida quizá no tendré muchos dones, pero estoy seguro que en mí vive el Dueño de los dones.

¡Rumbo a la gloria!
José Carrera
por José Carrera 05 mar., 2022
En Juan 19:34 se narra como un soldado traspasó el costado de Jesús, con una lanza. De la herida salió sangre y agua. Nadie en la tierra en ese tiempo, tenía los suficientes conocimientos para dar una explicación científica al respecto. Tuvieron que pasar 18 siglos para tener más luz de lo que sucedía en ese momento, en el cuerpo de Jesús. El doctor Simpson descubridor del cloroformo, estudioso dela universidad de Edimburgo, escribió en un folleto en manera clara y extensa, que Jesús de Nazaret, murió de lo que se conoce en el campo de la ciencia como extravasación de la sangre, y que en lenguaje popular, se le llama corazón partido. Cuando uno muere con los brazos extendidos y con mucho sufrimiento y gran pérdida de sangre, heridas sin atender y golpes, etc., como fue con Cristo, al sufrir tanto el corazón y latir cada vez más rápido, la bolsita que lo cubre llamada pericardio, se comienza a llenar con agua, para que el corazón no se queme hablando literalmente, y el resultado es que a más sufrimiento, más líquido. Los corpúsculos rojos de la sangre se comienzan a separar del suero y al romperse el corazón, salen separados. Cuando el soldado atravesó literalmente el corazón de Cristo con la lanza, al romper la membrana del pericardio, se dio el hecho de brotar el agua separada de la sangre. Por otro lado, es más probable que el soldado que hirió a Jesús en su costado, haya sido zurdo, en 300 posibilidades contra una, pues la razón es que existen 300 hombres derechos por cada zurdo… la lanza entró directo al corazón por el costado izquierdo. El Señor Jesús hizo que su sacrificio contara a nuestro favor, con agentes limpiadores como su hermosa sangre y el agua que contenía su cuerpo que hace los corazones resplandecientes a la mirada escrutadora de Dios, quien satisfecho, se complace en el sacrificio de su Amado y por medio del cual somos aceptos ante Dios. Nuestro mundo estaba lleno de corazones partidos por el pecado, por el dolor y la lejanía de Dios… el corazón partido del Señor Jesucristo los arregló todos en la tarde del calvario. ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
por José Carrera 24 jul., 2021
El agua era líquida y Cristo caminó sobre ella. ¿Por qué se endureció? El agua era agua y Cristo la hizo vino. ¿Cómo se transformó? El mismo había hecho esas leyes, tales como: Que el sol y la tierra dieran vueltas. ¿Por qué se detuvieron? Que el sol avanzara hacia la tarde. ¿Por qué retrocedió? La ley es que un pan es un pan. ¿Por qué se hicieron muchos? La ley es que un pez es un pez. ¿Por qué se hicieron muchos? El mar es el mar. El río es el río. ¿Por qué se abren al paso de un pueblo? La ley de una persona es que viva y muera, ¿Por qué a una orden vuelve a vivir? Porque llegó Jesús. Cristo no rompe las leyes establecidas por él mismo. Él las estableció, les ordenó gobernarse dentro de ellas mismas. No se salen de sus órbitas los astros, porque así lo estableció él. El sol no deja de calentar, porque así lo ordenó él. El mar no se sale de sus límites porque él le puso un hasta aquí, y ese hasta aquí son una piedrecillas tan pequeñas como lo son los granos de arena a las que con cariño, los científicos les llaman feldespatus. ¿Por qué una tormenta que está en su fuerza, y aumenta y avanza, lo destruye todo? ¡Porque está en una ley, la ley del huracán, la ley del tornado! ¿Por qué cesa de pronto? Porque la voz de Cristo lo ordena. ¿Rompe Cristo lo establecido por él? No, él es ley sobre leyes que él hizo. El que hace las leyes gobierna sobre ellas. Es mayor el que hizo las leyes que las mismas leyes. Cuando una ley oye su voz, obedece las órdenes que él da. Una ley para todos los árboles de la tierra, es dar frutos. El día que quiso un fruto de una higuera y no lo halló, esa higuera murió a una orden de él. ¿Por qué? Porque él gobierna las leyes. A todo lo malo, establecido por el pecado con sus leyes de desobediencia a Dios, Cristo vino y lo reventó haciéndolo añicos y polvo. Hasta para lo malo había leyes que gobernaban sobre la gente. Se les puede llamar leyes establecidas para desobedecer a Dios, leyes de apartarse de lo divino, leyes que el hombre se ha hecho en base a la lejanía de Dios y se les puede llamar leyes establecidas del hombre para pecar. Pero la presencia de Jesús entre nosotros, se le llama: La ley del milagro del amor. ¡Rumbo a la goria! José Carrera
por José Carrera 20 jul., 2021
No se puede dejar de pensar en este país lejano, la Nueva Jerusalén, la tierra amada. Este es el lugar del círculo del Arco Iris. La ciudad del Arco Iris completo. No quiero ir al Polo Norte a investigar si allá florecen las gardenias. No quiero saber cuántos cristales componen los anillos de Saturno. ¿Cuántos granos de arena hay en el universo? ¿Qué esconde la parte central de la luna? ¿Dónde está el diamante más valioso del universo? No sé. No me interesa. Ni tampoco me interesa si es verdad lo que dice la ciencia acerca de más de veinte polvillos diferentes más pequeños que el átomo. Pienso en el cielo. ¿Es un lugar? Pienso y sueño con sus moradores. Los ángeles de Dios, ¿Cuántos son? ¿Dónde viven? ¿Qué comen? ¿Cómo se visten? ¿Cómo se llaman? ¿En qué trabajan? ¿Duermen? ¿Sueñan? ¿Hay nubes? ¿Hay en el cielo animales aparte de caballos y águilas? Pero, lo más importante: ¿Qué hace el Salvador? ¿De qué habla con los suyos? ¿Cuántos guardias tiene? ¿Cómo es su ropa? ¿Es de relámpagos, o de nieve o de luz? ¿Cómo es su voz, como son sus ojos, cómo es él en su persona? Cuando la Biblia dice que Dios es luz, que es amor, que es Espíritu, ¿Anula que en el cielo está Cristo y que es un Hombre? No hay forma de saberlo hasta llegar allá. Jamás se dice adiós allá, jamás se llora. allí está el Señor. Todo es bueno allí y todo está bien. No existe forma de no llegar, a menos que uno así lo desee. El que invita a estar allí es el Dueño, es el Rey. Quiere besarnos y abrazados en su pecho, ser consolados. Puso todo su corazón en salvar al hombre, el cual es la obra que corona su creación. Hoy, todo gira alrededor de él como cuando fue crucificado, pero en otra forma. Está allí, majestuoso, pues él es el Dios que se hizo hombre y es nuestro y nosotros de él. Ya no hay tormentas que enfrentar, noches que temer, soledad que llorar. Solo himnos, alegría, pues pasó todo. Me refiero a todo lo malo. Se fue, se esfumó. Su voz cuando resuena, no habla de historia, sino de nombres. No da informes, solo dice nombres. ¿Mencionará a mis seres queridos? ¿Dirá mi nombre? ¿Me reconocerá? ¿Me dará la bienvenida? ¿Por qué pensar todo esto? ¿Qué no se vale ya suspirar? Cuando llego, sé que pertenezco a este lugar y todo lo que hay aquí, me pertenece, todo es mío, porque yo soy de aquí Quiero quedarme aquí eternamente. Alguien me llama y me toca el hombro. Aun estoy en la tierra... todavía no es el cielo. Mi deseo de estar allá me hizo pensar en esto y dejé volar mis pensamientos hasta la casa de Dios. Bueno, sigamos el día... la vida... ¿Cuándo se hará realidad lo del cielo? ¡Oh, la tierra deseada! ¡La tierra donde vive Cristo! ¡Rumbo a la gloria! José Carrera
por José Carrera 21 dic., 2020
Moisés decía en oración que si Dios no iba con él, no iría a ninguna parte. Cristo dice que donde quiera que fuere su Iglesia, allí estaría él. En el Antiguo Testamento, Moisés no iba si Dios no iba,más en el Nuevo Testamento, Cristo no va si la Iglesia no va. He escuchado a algún predicador que enseña que Dios hace lo que él quiere y salva o no a quien él quiere. Yo digo un fuerte amén a la voluntad de Dios. Pero, regularmente esa clase de pensamiento, acomoda a la Iglesia en sus propios asientos de descanso, sin hacer un solo esfuerzo a favor del perdido sin Dios. Moisés quería el compromiso de Dios, con la seguridad de su presencia a cada paso de él y del pueblo. Cristo ofrece su compromiso de ir o de estar en donde la Iglesia vaya. Moisés quería ir y avanzar para entrar en la tierra de la promesa de Dios. Si en la actualidad, la Iglesia avanzara, Cristo avanzaría con ella, pero como muchos no quieren incomodarse, estamos aquí y él está aquí… de una forma u otra estar con nosotros es la promesa de Cristo, todos los días hasta el fin del mundo. Pensar en el amor de Dios y pensar en que él nos ama y le amamos, nos hace sentir mariposas en el abdomen. La Iglesia no tiene que rogar por la presencia de Cristo, su presencia él la ha prometido y está asegurada. Moisés quería contar con la presencia de Dios, para asegurar su victoria. Moisés hizo toda clase de esfuerzos para entrar: ¡Y no lo logró! Esta cosa, solo de pensarlo me pone en shock, porque la Iglesia, ni busca su PRESENCIA, ni se esfuerza POR ENTRAR, ni se hace esfuerzo PORQUE OTROS ENTREN, ¡NI NADA! Llego a la conclusión de que Dios ama a la Iglesia con amor eterno… pero que la Iglesia ama a Dios con amor platónico. ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
por José Carrera 16 nov., 2020
El primer abogado a favor del hombre, está en el cielo: Cristo. Intercede por cada hijo de Dios. Nos comprende en nuestras flaquezas y está al pendiente de nuestros problemas y necesidades. La labor vicaria del Señor Jesús terminó al morir en la cruz, y con esto se perdona todos los pecados y se reconcilia al hombre con Dios. Pero, al ascender al cielo su ministerio sacerdotal e intercesor, sigue. Cesará cuando ya no haya por quien interceder, y entonces se cumplirá su tarea de pedir ante Dios por cada problema y situación de los redimidos. El segundo abogado es a favor del hombre, en la tierra: el Espíritu Santo. Conoce todos los problemas que les pueden acontecer a los hijos de Dios. Intercede desde la tierra al trono de Dios,expresando con gemidos indecibles lo que el corazón no puede explicar, ni exponer ante Dios. Vive en el interior de cada persona lavada con el sacrificio de Cristo, le guía a la oración, al evangelismo y a la lectura dela Biblia. Este abogado limpia las conciencias y asegura al creyente que pertenece a Dios. Da toda la gloria a Cristo y defiende de todo ataque del maligno. Vive adentro de las personas cristianas y por eso cada una de ellas, sabe que tiene comunión con Dios, cuando por medio del Espíritu Santo, expone sus peticiones ante Dios. Así da testimonio a nuestro espíritu que somos de Dios.Como abogado, el Espíritu Santo abre las prisiones de la depresión, tristeza o pecado y nos deja caminar libres con el sello de su presencia defensora. ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
por José Carrera 12 oct., 2020
1.- NUESTRO PRIMER ABOGADO ES CRISTO 1ª Juan 2:1. Cuando Dios iba a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra a causa de su pecado, Abraham intercedió. En este aspecto Abraham es un tipo de Jesucristo nuestro abogado. Si nosotros juzgamos sin autoridad, nos hacemos acusadores como el diablo. Los humanos murmuramos, juzgamos y criticamos y a la vez que condenamos, tomamos el lugar del JUEZ. Dios no murmura, Dios no critica, Dios juzga y condena. En ocasiones solemos decir: - Señor, mira aquel anda más mal que yo… ¡Castígalo! Qué tal si Dios nos contestara: - ¿Y si comienzo contigo? En este mundo no tenemos enemigos humanos, solo tenemos uno y es el diablo. Los hijos de Lot vivieron 10, 15, o 20 años en Sodoma y aprendieron todo lo que al pecado se refiere. El juicio de Dios para estas ciudades, sería, 1.- IMPARCIAL, 2.-RÁPIDO, 3.- TOTAL. Sodoma y Gomorra necesitaban un abogado y este fue, Abraham. De las 5 ciudades que son Sodoma, Gomorra, Adma, Seboim y Zoar, ni el JUEZ DIOS ni el ABOGADO ABRAHAM, pudieron encontrar dos justos por ciudad. Cristo, nuestro abogado Eterno, intercede por nosotros en el cielo. ¿Qué dilema se vivirá en el cielo a nuestro favor por medio de nuestro ABOGADO, delante del JUEZ? 2.- EL SEGUNDO ABOGADO ES EL ESPÍRITU SANTO. Romanos 8:26-27 ¿Por qué como Iglesia necesitamos un segundo abogado? Porque tenemos muchos acusadores, como lo son: satán, mundo, carne, conciencia, hemos pecado contra Dios y nosotros mismos muchas veces nos acusamos. Los padres de las familias de Sodoma y Gomorra fueron dejados a las fiestas paganas y carnales, como hoy son dejados al internet, a sus amigos, computadora, etc. Muchos de ellos solamente ven imágenes de pecado y practican juegos peligrosos que parecen inocentes. ¿Qué aprenden? ¿Qué siembra se está haciendo ahora para cosechar mañana? Creo que hay muchos niños que son huérfanos aunque sus padres aun viven. Cuando levantamos nuestras manos el Espíritu Santo intercede, cuando lloramos, cuando hablamos en lenguas, cuando intercedemos por otros. El Espíritu Santo intercede por nosotros en la tierra.
por José Carrera 23 ago., 2020
De lo sobrenatural a lo natural, se asomó el dedo divino, para escribir de juicio en la pared encalada del palacio del rey Belsasar. De lo sobrenatural a lo natural, llegó Jesús, para bendecir y salvar al hombre que desee la paz con Dios. Me maravilla que se ocupe de hacer crecer cada brizna de yerba en los montes, y a la vez, esté formando el pelo del bebé en el vientre de su madre y controle el polvo de la estela del meteoro. Me maravilla, me sorprende que siendo él feliz, se ocupe de los infelices en la tierra… que se adhiera al dolor, para deshacerlo eternamente… que cubra de santidad al corazón sucio y lo limpie, para que relumbre eternamente. ¿Cómo es posible que la vida se derrame en los muertos,para que éstos vivan? ¿Por qué no los dejó allí, adoloridos y presos, si no querían de él, aquellos que le ignoraban a sabiendas y no le pedían ayuda, al punto de ser aplastados y para un día ir a parar al abismo oscuro y eterno? Lo sobrenatural de él, es la vida para los heridos, es sanidad para los maltratados y es amor para los perdidos… lo natural sería, que todos se quedaran como estaban: El feliz y eterno y nosotros heridos y lejanos. Lo normal sería: que se rompieran los corazones en pedazos, bajo el yugo y la cadena del mal y que siguieran llorando eternamente sin lágrimas, todos los seres del polvo. Pero, Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, no se quedó indiferente al dolor, al estrago del mal en el pecho de cada ser humano amado por él, y rompió lo irrompible… descompuso la maquinaria del infierno y al perdonar nuestros pecados, nos pasó del reino del MAL al reino del BIEN. El es el Hijo de Dios… cuando se menciona su Nombre,Sagrado Nombre… se reconoce en el infinito el poderío de su presencia y los astros en lo alto tiemblan… ¡CUÁNTO MÁS EL CORAZÓN MÍO, SE LEVANTA DEL POLVO, AL OÍR SU HERMOSA VOZ! ¡PORQUE ÉL ES DEL TODO DIVINO! ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
por José Carrera 02 ago., 2020
Abraham viene de la familia semita. Arán engendró a Nacor y éste a Taré. Taré tuvo tres hijos: Abraham, Nacor y Harán. Génesis 11:26. La gente del tiempo de Abraham pensaba como la gente de nuestro tiempo: siempre desafiando a Dios y siempre queriendo escapar de su juicio. Los rectos y puros de corazón, Mateo 5:8 y Génesis 12:1-2 son los que pueden escapar al juicio divino. Abraham pasó de ser un idólatra a ser un adorador del Dios verdadero. De sedentario a nómada. De la ciudad al desierto. Creyó con todo su corazón a Dios y se fue a donde Dios le dijera. Abraham hizo crecer esa relación con Dios al platicar con él y ser su amigo. Comparó los dioses pequeños de los caldeos, con el majestuoso Dios verdadero. Salir de lo humano y de lo natural a vivir en fe, y en obediencia, le hizo pisar la tierra que Dios le prometió a él y a su descendenciaque aun no venía. Todo creyente cuando sale del mundo a vivir en las cosas de Cristo, sigue los pasos de la fe y pisa el terreno en lo espiritual, como por fe ya estando en el cielo. Dios le mostró las estrellas a su amigo Abraham. Al creyente actual Dios le da a Cristo, la estrella de la mañana. Abraham era príncipe con Dios y ahora al creyente Dios lo hace rey y sacerdote de Dios. Abraham obedeció si había agua o no, el creyente en Cristo debe hacerlo de igual forma. Abraham siguió a Dios entre peligros y en palacios, los hijos de Cristo en medio de este mundo deben obedecer y seguir al Señor Jesucristo en toda circunstancia. Obedece a Dios, aunque no sepas lo que hay detrás de la montaña, camina siguiendo la guianza del Espíritu Santo y las huellas del Señor Jesús y has allí un altar para adorar a tu Dios. Te comento estas cosas, porque Abraham es llamado el padre de la fe y en cierta forma nosotros somos de su familia porque también seguimos al Señor por la pura fe. ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
por José Carrera 16 jul., 2020
La Biblia no dice cuántas veces Moisés le ha dado vuelta a su llamado a liberar a su pueblo y el hecho de haber huido al matar al egipcio… late, late chocolate y vuelta al problema… ¿Por qué lo hice? ¿Por qué? Día a día, ahí está el remordimiento. Si usted dice: Me identifico con Moisés, ya está. Estos 40 años de hacer la voluntad de mi carne,como pesan. Hice lo que no pensé. No pensé lo que hice. No es con mis puños, es con la fuerza de Dios. Muchas de nuestras historias, a veces son historias de fracasos, de derrotas, de fallas… de varas secas recogidas vaya usted a saber de dónde. Parece que nada ha cambiado… pero Dios está apunto de hablar. Moisés no lo sabe. Hay en el monte, de aquel lado del rebaño, un fenómeno, una llama sobre un arbusto que no se consume. Moisés se tiene que quitar los zapatos. Está en tierra de Dios, tierra santa. ¡Moisés! ¡Moisés! Dios le está hablando por su nombre. Quiero que vayas a liberar a mi pueblo. No puedo, soy tartamudo, manda a otro. Irás tú. ¿Qué tienes en la mano? ¿Dinero? ¿Fama? ¿Juventud? ¿Fuerza? No, Señor. Solo tengo una vara. Te envío con esa vara. En la cruz del Calvario, el Señor Jesús tenía tres clavos, un puñado de espinas y un madero, para hacer el camino de la salvación que nos conduciría de retorno a Dios. ¡Rumbo a la gloria! José Carrera
por José Carrera 03 jul., 2020
¿Qué guarda el guardia? El Monte Ararat es un guardia y lo que cuida celosamente, es una gran construcción de madera oscura…le llaman el Arca de Noé. ¿No es una canasta de juncos? ¿Qué contiene? ¿Qué cuida? Es un bebé. Protege contra corriente al caudillo de Israel, Moisés. Ordenaron su muerte y ahora las manos sedosas de la hija del Faraón son las que lo toman de entre los juncos entrelazados para protegerlo ella. ¿Qué dice en esas dos piedras talladas? ¿Qué guardan? Una guarda una orden de amar a Dios y la otra guarda una orden de amar al hombre. Juntas contienen la Ley de Dios, basada en el amor. ¿Qué guarda el Monte Nebo? ¿Qué tiene en sus cumbres? ¿Una mirada de un hombre triste hacia atrás, causada por la desobediencia y por el mal humor. También una mirada triste a la tierra prometida que no se podrá tener, gozar y gustar. El Nebo tiene dos pantallas, una refleja a todo detalle la película de lo que pasó y la otra habla de un futuro que no se logrará. ¿Qué guarda después el Monte Nebo? El cuerpo de Moisés, y lo guarda también que ni el enemigo de Dios supo donde quedó. ¿Qué guarda el Monte Blanco? ¿Qué protege? ¿Cuál es su mayor riqueza? Es un árbol majestuoso, se llama cedro, cedro del Líbano. Puede medir hasta 7 pies de ancho y sobrevivir más de mil años… ¿No es un tesoro? Y el mismo cedro guarda en sí su propia preservación, es madera tan fina que no se corroe con el tiempo porque por sus vetas corre una resina contra las infecciones y los gusanillos. El creyente tiene en él invisible a los ojos humanos, la presencia del Espíritu Santo. Quizá sea por esta razón que él hijo de Dios, protegido por Cristo es comparado en las Sagradas Escrituras con el cedro del Líbano, que durante toda su vida, creciendo y perfumando, ofreciendo sus ramas fuertes a toda ave que haga su nidal en él. Salmo 92:12. ¿Qué protege esa cruz? Nada. ¿Qué cuida esa tumba? Nada. Protegía por horas la cruz, protegía por tres días la tumba pero aquel a quien guardaban, ha resucitado. De quien hablo aquí es de Jesús de Nazaret, quien es nuestro máximo tesoro. Tanto la cruz como la tumba, hubieran querido retenerlo allí, pero para hacer rico el corazón del hombre… ¡Ha escapado! ¡Ha resucitado! ¿A quién guarda el corazón humano? ¡A Cristo! De tal manera que nuestro corazón es un digno guardián del Dios de los siglos. ¡Rumbo a la Gloria! José Carrera
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